El proyecto marca un hito en la relocalización tecnológica del país y consolida una alianza estratégica entre la industria estadounidense y la taiwanesa.
Phoenix, octubre de 2025.
Nvidia y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) anunciaron la finalización del primer lote de chips Blackwell producidos en territorio estadounidense, dentro de las instalaciones de la nueva planta de semiconductores ubicada en Arizona. El proyecto representa un paso crucial en la estrategia de Estados Unidos para recuperar su capacidad de manufactura avanzada y reducir la dependencia de cadenas de suministro extranjeras en un sector considerado estratégico para la seguridad nacional.
El chip, diseñado por Nvidia y fabricado por TSMC bajo el proceso de tres nanómetros, constituye la base de las próximas generaciones de sistemas de inteligencia artificial, supercomputadoras y centros de datos de alto rendimiento. Según las compañías, el inicio de producción marca la primera vez que un circuito de esta complejidad se fabrica completamente dentro del país, con materiales, procesos y control de calidad ajustados a los estándares más avanzados de la industria.

El anuncio fue realizado por Jensen Huang, director ejecutivo de Nvidia, quien calificó el logro como “el comienzo de una nueva era para la innovación estadounidense”. Destacó que la colaboración con TSMC combina la capacidad de diseño y software de su empresa con la excelencia de manufactura de la corporación taiwanesa, consolidando una sinergia que ha permitido acelerar los plazos de desarrollo.
Por su parte, Mark Liu, presidente de TSMC, señaló que la producción en Arizona simboliza el compromiso de la empresa con la diversificación geográfica y la resiliencia de las cadenas de suministro globales. Subrayó que el proyecto forma parte del plan de expansión internacional de la compañía y que el éxito de la primera fase demuestra la viabilidad técnica de fabricar chips de tres nanómetros fuera de Asia.
El proceso de producción, que combina litografía ultravioleta extrema con sistemas de encapsulado de nueva generación, fue validado por ingenieros estadounidenses y taiwaneses en conjunto. La meta de ambas empresas es alcanzar plena capacidad operativa durante 2026, cuando la planta podrá producir volúmenes comerciales destinados a proveedores de inteligencia artificial y empresas de infraestructura tecnológica en América y Europa.
El proyecto ha contado con apoyo financiero del programa federal CHIPS and Science Act, aprobado para fomentar la inversión en semiconductores y reducir la exposición de Estados Unidos a posibles interrupciones en la cadena de suministro global. Fuentes del Departamento de Comercio confirmaron que la planta de TSMC en Arizona se considera pieza clave en el plan nacional de manufactura estratégica y que su éxito podría servir de modelo para futuras instalaciones de Intel, Samsung y Micron.
Los chips Blackwell están diseñados para soportar cargas de trabajo de aprendizaje profundo y simulación de datos a gran escala. Cada unidad incorpora miles de núcleos optimizados para procesos de entrenamiento y generación de modelos de inteligencia artificial, con una eficiencia energética superior respecto a la generación anterior conocida como Hopper. Nvidia indicó que la producción local permitirá reducir tiempos de entrega, reforzar la trazabilidad de componentes y cumplir con los estándares de seguridad exigidos por los contratos gubernamentales.
El anuncio llega en un contexto de competencia global por el liderazgo tecnológico en el sector de semiconductores. Estados Unidos busca recuperar terreno frente a Asia en un mercado dominado históricamente por TSMC y Samsung, mientras la Unión Europea impulsa sus propios programas de manufactura avanzada. El hecho de que una compañía taiwanesa produzca chips de última generación en suelo estadounidense simboliza una interdependencia compleja que redefine el mapa de poder tecnológico mundial.
En Arizona, las autoridades locales celebraron el inicio de la producción como un logro económico y político. El gobernador del estado declaró que el proyecto generará miles de empleos directos e indirectos y que la región se convertirá en un polo global para la industria de semiconductores. El impacto se reflejará también en el ecosistema académico, con universidades y centros de investigación asociados a programas de ingeniería y microelectrónica.
Con la fabricación del primer chip Blackwell en Estados Unidos, Nvidia y TSMC consolidan una nueva etapa en la evolución industrial del país. El desafío ahora será escalar la producción y sostener la competitividad frente a un mercado que avanza con velocidad tecnológica sin precedentes.
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